Un mensajero había acudido a su casa con buenas noticias. collat había accedido a escucharla en audiencia. Apenas tuvo tiempo de hacer que sus domésticas la arreglaran convenientemente. No deseaba hacer esperar a su antiguo.
Viajó en su litera hasta el templo de Jupiter Optimus, una de las deidades más importantes de Roma. No quería que nadie más la viera dirigirse hacia allí, pero las costumbres eran las costumbres, y no deseaba que el barro de las calles manchase su atuendo.
Julia se apeó en la puerta del Templo, y tras adentrarse en el pórtico, aguardó a ser anunciada. Vestía el atuendo de las matronas romanas, cómo era de rigor en una audiencia formal, aunque en lugar de los complicados peinados propios de una mujer de mayor edad, ella portaba el cabello sujeto con una diadema, cómo correspondía a una joven doncella.
De pie en la entrada, aguardó a ser recibida por su Pater Familias.
Viajó en su litera hasta el templo de Jupiter Optimus, una de las deidades más importantes de Roma. No quería que nadie más la viera dirigirse hacia allí, pero las costumbres eran las costumbres, y no deseaba que el barro de las calles manchase su atuendo.
Julia se apeó en la puerta del Templo, y tras adentrarse en el pórtico, aguardó a ser anunciada. Vestía el atuendo de las matronas romanas, cómo era de rigor en una audiencia formal, aunque en lugar de los complicados peinados propios de una mujer de mayor edad, ella portaba el cabello sujeto con una diadema, cómo correspondía a una joven doncella.
De pie en la entrada, aguardó a ser recibida por su Pater Familias.