Tras el eclipse...

Dos noches depués del insólito eclipse de sol que la había despertado en mitad del día, Julia Camilina se hallaba de nuevo en el templo. Estaba inquieta desde entonces, y la paz de aquel lugar sosegaba a su Bestia.

Tras depositar una pequeña ofrenda en el altar, una colcha tejida al estilo griego con sus propias manos que Philippo sin duda usaría para algún herido, la joven Ventrue se retiró a un rincón discreto. Necesitaba meditar, y era la mejor forma de que los mortales no la molestasen. Y si algunos de los amos de aquel lugar aparecía, quizás pudieran dar respuesta a alguna de sus preguntas.

Philippo se fijo en la presencia de Iulia, otra vez rezando en el templo. Era tranquilizador ver a otro cainita con rezando, era algo que habia visto muy pocas veces. De todas formas no quiso interrumpirla así que se dispuso a irse. Por otro lado Hipolito no compartia su opinion así que fue correndo hacia donde ella estaba. Cuando se acerco lo suficiente y la vio rezar tranquila el perro se paro en seco y empezo a hacercarse despascio como si se hubiera dado cuenta de su error y quieria evitar molestarla. Una vez que llego donde estaba ella se tumbo a su lado y permanecio alli.

Por unos segundos, Julia no pareció darse cuenta de la presencia del animal junto a ella. Sin embargo, cuando este se tumbó cerca, pareció reaccionar, y alargó una mano para acariciarle detrás de las orejas mientras sonreía.

-Hola mi peludo amigo... ¿Vienes a saludar? Me pregunto si serás así de cariñoso con todo el mundo...- la Ventrue sacó un pedazo de carne seca de su bolsa y se lo ofreció al animal. Al levantar la vista reparó en el anciano Philippo.

-Buenas noches gentil Philippo...- saludó- Espero no haberte molestado con mi presencia esta noche. Y espero que no te importe que trajera un pequeño obsequio a tu mascota. Todavía me sorprende que un animal tan grande sea tan afectuoso.

-Tu nunca molestas, y por lo que veo a Hipolion le encanta tu regalo así que no entiendo porque me tendria que molestar a mi. Puede que ese sea el problema que le veas solo como un animal, a mi no me sorprende ya que solo veo en el a un gran amigo. Quijas cuando le conozcas mejor tu opinión sobre el cambie.

Dijo Philippo con un tono amable y un tanto bromista.

-Es posible Philippo...- admitió la Ventrue- Hipolion es una criatura extraña...- de nuevo acarició a la Bestia entre las orejas.

-Nunca tuve mucho contacto con los animales... ni siquiera cuando era niña. Mi madre me prohibía acercarme a los perros, por miedo a que me atacaran o contrajera algun mal por su mordedura. y he visto pocos tan grandes y tan de cerca... ¿Tú qué opinas Hipolion?- preguntó Julia en tono suave, mientras lo seguía acariciando- ¿Querrás ser también mi amigo, además del de Philippo?

Tras terminar de ofrecerle el presente de carne, Julia se limpió las manos y se giró hacia el Salubri.

-De todas formas Philippo, me alegra verte. Tengo algo que preguntarte. Imagino que estás al tanto del Eclipse que se produjo hace un par de días... de pronto me encontré libre y despierta en medio del día, y por lo que sé, no fui la única.

-Si yo tambien lo senti, fue algo estraño y perturbador. Segun tengo entendido y por mis propias investigaciones ese eclipse no ha sido efecto natural del planeta. Algo muy raro. Pero buenos dejemos las dibagaciones de este viejo aparte, que es lo que querias preguntarme?

-Sí, los augures estarán preocupados. Los astrólogos no habían previsto este Eclipse, y sólo espero que la vuelta de la luz no sorprendiese a naide fuera. Nunca antes había visto algo parecido... la noche en pleno día.

Respecto a lo que deseaba preguntarte... tengo que confesarte algo...- Julia bajó la voz hasta convertirla sólo en un susurro- La última vez que nos encontramos, rezaba en el templo. De pronto, una voz extraña susurró en mi mente. No sé quién era, si un miembro d ela Estirpe o sólo un fantasma de mi imaginación. Pero no he podido dejar de darle vueltas a lo que dijo. Sólo pronunció una palabra... ya te pregunté su significado aquella vez. Chernobog...

-Que razon tiene alguien de decirte ese nombre maldito mentalmente.
Dijo Philippo en voz alta sin darse cuenta.
-Perdona mi descortesía he podido haberiguar algo más desde la ultima vez que hablamos, en unos escritos de mi maestro he leido que era un archipríncipe de las sombras, el cual requiere sacrificios humanos para alimentarse. Segun esta descripción todo me hace pensar que se trata de un demonio.

-Alguna razon tiene que haber para que te haya sido comunicado ese nombre. Estas cosas no pasan por casualidad. Tenias alguna preocupación mientras rezabas?

-No...- Julia guardó silencio un instante- No, nada importante. De hecho, era una tontería. Estaba preocupada por una de mis sirvientas. Por ella vine a depositar una ofrenda, ya que ella así me lo rogó y es mi obligación velar por los miembros de mi casa. Recuerdo que pensaba en eso, y en pequeñas naderías domésticas... a veces me dejo absorber con facilidad... y también en ciertas tareas que me acababan de encargar. Pero más que preocupaciones, eran pensamientos normales... estaba de hecho muy tranquila, relajada. Y de pronto eso vino a mi mente. No sé explicarme mejor. Me sorprendí tanto que grité, y el resto ya lo sabes.

-Entonces mucho me temo que poco más puedo decirte ahora mismo ya que no dispongo de más información, pero cuenta conque voy a intentar averiguar todo lo que pueda sobre ese ser.

-Si en verdad se trata de un demonio al unico que conozco, que tenga conocimientos de ello es a mi Sire, pero lleva tiempo desaparecido.

Off: Puede que mi pj sepa de alguien más pero no no tengo ni idea. Preguntare a los master, digo dioses.

OFF: Eruditos conocidos en Roma:

Ennio, el Ventrue.
Ea Adapa, la historiadora del Clan.
Numa, el sumo Pontifice, del clan Ventrue.
El Dracon, Matusalén Tzmisce.
Necross, el Malkavian.
Karek, El Capadocio.

-Tambien tenemos a los grandes sabios de Roma, Ennio, Numa el sumo pontifice de tu clan, el pater familias Tzmisce El Dracon y Necross. Todos ellos son destacos eruditos y puede que alguno sepa algo. Yo preguntaria al que más confianza tuvieras o a El Dracon que es el que más años lleva en este mundo.

-¿Confianza?- Julia Camilina esbozó una sonrisa- La confianza es algo raro y preciado en nuestros días Philippo, pero tienes razón y seguiré tu consejo. Pediré consejo y audiencia al Tzimisce, y quizás a Numa. Debo averiguar todo lo pueda sobre Chernobog, y sobre el motivo por el cual alguien susurra a las mentes ajenas.

-Demasiado escaso, si...

Dijo Philippo pensatibo.

-Pero te agradezco la confianza que has depositado en mi al contarme esto, intentare investigar yo tambien todo lo que pueda.

*Un anciano envuelto en una pesada túnica de rivetes púrpuras, con la cabeza cubierta por parte de la túnica entró en la sala. El anciano, parecia tener más de 80 años, y apenas parecia ver en sus ojos blancos... Numa, sumo pontífice de Roma... llegaba*

- ¡¡Philippo amigo mio!! Malos presagios...

Antes de que pudiera replicar al Salubri, un anciano encorvado salió a su encuentro.

Julia agachó la cabeza en señal de respeto, al tiempo que se cubría con su manto y se apartaba discretamente para dejar a ambos Cainitas hablar. Si era necesario se retiraría, por más que la intrigara enterarse de que era lo que el Sumo Pontifice consideraba "malas noticias"

*El viejo anciano, que debido a su corta vista no habia visto a la joven Ventrue, ahora se percató de su presencia, y andando hacia ella se aproximó y besando sus manos en señal de respeto como matrona romana le dijó*

- Que los lares y sus antepasados te bendigan noble Julia. Es un honor besar las manos que hicieron todo lo posible para que esta ciudad fuera más justa con aquellos que son patricios. Perdona a este pobre anciano que por su senectud... no vé demasiado bien las joyas, incluso cuando tiene una tan brillante como tú tan cerca.

Julia Camilina tendió suavemente ambas manos para que el anciano las besara, cómo era costumbre. De haber podido se habría sonrojado. Aunque cómo Ventrue se la considerase una matrona romana con todas las virtudes, a ella aún le costaba verse cómo poco más que una jovencita sin experiencia. Ni siquiera había tenido hijos, condición esencial para las mortales que deseaban alcanzar tal dignidad.

-Salve Numa, Pontificus Maximus... tus palabras me halagan, pero son inmerecidas. No soy una joya si no una ciudadana más de la Estirpe. En todo caso agradeceselo a mi Sire Caton, y al noble Collat que escuchó mis palabras. Pero hablas de pesadumbres, y me duele verte afligido. Dime... ¿Deseas que parte para hablar a solas con Philippo? Me retiraré si lo deseais...

- Afortunadamente, unas de las virtus de nuestras matronas romanas, es la modestas... la misma que tú reflejas ahora. ¡Cuan orgulloso me sentiría yo de ti si fuera tu sire!... En cuanto a retirarme o no...

*El Ventrue se rascó la cabeza de pelo canoso*

- Tendrá que ser el señor de esta casa quien lo decida, puesto que la joya es su invitada, y yo no sé si confia en usted o no como para que se quede mientras hablamos. No soy nadie para decidir por el gran... Philipho... Amigo mio.

*Y posó su mano sobre el hombro derecho del Salubri*